La pesca y la acuicultura desempeñan un papel fundamental en cuanto a proporcionar seguridad alimentaria y medios de vida de cientos de millones de personas gracias a los beneficios sociales, económicos y nutricionales que reportan. Desde 2016, la acuicultura ha aportado casi la mitad de todo el pescado consumido en el mundo. La FAO estima que, si bien es probable que el consumo mundial per cápita disminuya un 15 % en los próximos 30 años, la producción pesquera habrá de aumentar para satisfacer las necesidades de una población mundial que registrará un crecimiento del 25 % según las previsiones. Puesto que la gran mayoría de las poblaciones de peces están explotadas plenamente o sobreexplotadas, el aumento del suministro de pescado y marisco en el futuro habrá de proceder de la acuicultura. Con vistas a incrementar la producción, la perspectiva más realista para sostener el crecimiento futuro parece ser la intensificación, pero existen otras alternativas. Tal como ocurre con otros componentes de la producción mundial de alimentos, el cambio climático supondrá oportunidades y riesgos para el sector. |
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